1 - Comer de la forma más variada e imaginativa, recordando que todos los alimentos aportan nutrientes necesarios para el organismo. Variedad e imaginación no sólo incluye tipos de alimentos, sino formas de preparación y combinación.
2 - Tomarse el tiempo necesario para comer con calma y sosiego. Masticar bien y ensalivar los alimentos porque es en la boca donde comienza la digestión y la absorción de nutrientes.
3 - Convencerse de que comer no es sólo una necesidad, sino una excelente oportunidad de placer y no sólo para el paladar, porque también se come con la vista y el olfato. Por tanto no dejar que la lectura de la prensa
o la televisión priven de tan gratos momentos.
4 - Procurar que en la dieta habitual se establezca un higiénico balance en cuanto al aporte de calorías, que a título orientativo, debe ser algo inferior a unas 40 por kilo de peso y día y que se adapte en lo posible a estos porcentajes: 55% de hidratos de carbono complejos, 30% de grasas, 15% de proteínas.
5 - Incluir siempre en la dieta fibra vegetal soluble e insoluble a partes iguales en una cantidad nunca inferior a los 25 gr. por día.
6 - Eliminar o reducir el consumo de alcohol y tabaco porque sólo aportan calorías vacías y sustancias tóxicas para el organismo, además de hacerlo propenso al padecimiento de un sinnúmero de enfermedades graves y a veces fatales.
7 - Reducir razonablemente el consumo de sal, teniendo en cuenta no sólo la que se añade a las comidas, sino también el hecho de que en muchos alimentos preparados se encuentra en grandes cantidades: chips, ahumados, snacks, sopas de sobre, mousse de chocolate......
8 - Beber cada día un mínimo de un litro y medio de agua, cantidad que por supuesto, en caso de ejercicio o según la temperatura, puede ser más elevada.
9 - Hacer ejercicio a diario. No se trata de convertirse en un atleta, sino de aminar, subir escaleras, montar en bicicleta, mantenerse activo....La actividad física contribuye a mejorar el rendimiento no sólo físico sino también las capacidades intelectuales.
10 - Olvidarse de las dietas milagrosas. La mayoría de las dieras de adelgazamiento sólo consiguen que se pierda masa muscular, líquidos y minerales importantes para el correcto funcionamiento del sistema y no solucionan de manera permanente el exceso de grasa.
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